"Espero que esta medalla sea la primera de muchas", dijo Adriana Cerezo con la medalla olímpica de plata colgada al cuello. Sólo en el momento de la derrota y durante unos minutos Adriana perdió la sonrisa que le ha acompañado todo el campeonato. Su vida deportiva acaba de empezar y lo conseguido es impresionante a sus 17 años.
.En apenas tres meses se ha proclamado campeona de Europa de -49 kg y subcampeona olímpica. La madrileña se convierte en la tercera medallista olímpica española más joven de la historia (17 años y 242 días) sólo por detrás de Patricia Moreno (16 años y 229 días) y Faustino Reyes (17 años y 127 días).
En su primer combate venció a la serbia Tijana Bogdanovic, número 2 del mundo, subcampeona olímpica en Río 2016 y a la que ya había ganado en el reciente Europeo. En cuartos de final la esperaba toda una leyenda de taekwondo, la china Jingyu Wu, bicampeona olímpica (Pekín 2008 y Londres 2012) y tricampeona mundial. "Es uno de mis ídolos", reconocía Adriana tras dar un recital ante ella. Su superioridad llegó hasta tal punto que no hizo falta tercer asalto, el combate se acabó en el segundo por diferencia de puntos (33-2).En las semifinales, se impuso a la turca Rukiye Yildirm (39-19).
En el último combate Adriana estuvo a la altura y en varios momentos estuvo por delante. Plantó cara desde el principio hasta el final y el oro se escapó por unos pocos segundos. La tailandesa Panipak Wongpattanakit, bronce en Río y bicampeona mundial, consiguió una justa victoria por el ajustado tanteo de 11 a 10. Adriana consigue una plata que sabe a oro.
Por primera vez en la historia el público español vibró en los bares y las casas viendo a una joven sonriente disputar una emocionante final de un deporte minoritario y desconocido para el gran público. Las imágenes expectantes y de repente explosivas recordaban las películas de manga y de animes orientales donde todo se desarrolla en una falsa calma que culmina con velocidad explosiva inesperada.