Gyenes, fotógrafo olímpico
Es la faceta menos conocida de uno de los grandes maestros de la fotografía española del siglo XX. Antes de establecerse en España, Juan Gyenes trabajó como reportero gráfico en Budapest. Además de dejar constancia de la vida social, cultural y artística de la capital húngara en la época de entreguerras, acudió como enviado especial a los Juegos Olímpicos de Berlín'36.
Había acudido como reportero de la revista "Színházi Élet" a los IV Juegos Olímpicos de Invierno de Garmisch-Partenkirchen en la Alemania nazi (6 a 16 de febrero de 1936). En sucesivos números, el joven Gyenes (nacido en 1910) tiene la oportunidad de lucirse, escribiendo crónicas de ambiente y publicando fotos en las que empieza a mostrar su manejo de las lucers ylas sombras, que posteriormente desarrollaría en España como fotógrafo de estudio.
La prueba de que el director confía plenamente en él es la decisión de asignarle la cobertura de los XI Juegos de Verano, que se disputan entre los días 1 y 16 de agosto de ese mismo año en Berlín. Sus fotos se publicarán como apoyo gráfico a los reportajes escritos por Károly Pataky en tres números consecutivos.
En el primero, "Színházi Élet" lleva en portada una foto del saltador de altura norteamericano Cornelius Johnson, recordman mundial y oro olímpico, junto al húngaro Mihály Bodosy, penúltimo en la final. La elección no es baladí. A pesar de la presencia creciente de la ideología nazi en Hungría, la revista se atreve a destacar el éxito del deportista negro, el primero que ponía en evidencia la teoría de la superioridad aria. En páginas interiores incluye una foto de Jesse Owens firmando autógrafos. Se ha ganado a los periodistas con su simpatía, y al público alemán con la primera de sus proezas deportivas: su victoria en los 100 metros lisos. Ha conquistado a todos, salvo a los enojados dirigente nazis.
Las fotos firmadas por Gyenes son las más importantes del número de 16 de agosto. "Színházi Élet" apuesta por el contenido olímpico y concede abundante espacio a las medallas de oro logradas por el equipo magiar, especialmente a la inesperada victoria del nadador Ferenc Csik en los 100 metros libres. En la página cinco, aparece una foto en la que conversa con la recordwoman holandesa Willemijntje “Willy” den Ouden, oro en relevos 4x100.
(Foto: Fernando Olmeda/"Gyenes. El fotógrafo del optimismo)
En páginas interiores, más fotos de Csik: en la piscina, saludado por Horthy instantes después de imponerse contra pronóstico en la final, en el podio antes de recoger la medalla, con la nadadora norteamericana Olive McKean... El reportaje también incluye fotos de Károly Kárpáti, oro en lucha libre peso ligero, durante la interpretación del himno; de la atleta Ibolya Csák, oro en salto de altura, ; de Árpád Lengyel, nadador nacido en Kaposvár y medallista de bronce en relevos 4x200... Hay fotos de las gradas, donde localiza al conde István Bethlen y a las actrices Ida Turay y Lili Muráti. Se publica también una foto silueteada en la que Gyenes muestra un ejemplar de "Színházi Élet" a Jesse Owens.
(Foto: Fernando Olmeda/"Gyenes. El fotógrafo del optimismo")
En el número de la semana siguiente, se completa en imágenes la mayor parte del medallero logrado por Hungría en los Juegos, que ya se han clausurado. Fotos de los equipos de esgrima masculino, oro en sable tras vencer a Italia y Alemania, y de gimnasia femenina, bronce; fotos del campeón de sable Endre Kabos, firmando autógrafos y junto a sus compañeros; del boxeador Imre Haranghy, peleando en el cuadrilátero antes de lograr el oro en peso ligero; de la artista Marta Eggerth en la grada y de Mária Tasnády Fekete, actriz y Miss Hungría, caminando junto a varios deportistas vestidos con el uniforme oficial de la delegación.
Además de una experiencia profesional y personal única -y el tesoro de una foto junto a Owens, ganador de cuatro medallas de oro y estrella indiscutible de los Juegos-, Gyenes extrae una inquietante impresión de la magna competición deportiva. Probablemente intuye que algo grave está a punto de ocurrir en Europa, y quizá por eso comienza a preparar su salida de Hungría. Se traslada a El Cairo, y cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, huye a España, donde se establecerá hasta su muerte en 1995.
Juan Gyenes recibe esta semana un nuevo homenaje de su país, con motivo de la traducción al húngaro de "Gyenes. El fotógrafo del optimismo".
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