Los Juegos: un mantra de mi vida
El presidente de la Federación Española de badminton ha vivido tres Juegos Olímpicos. Evoca su experiencia a cinco meses vista de Rio'16, donde desempeñará otros cometidos internacionales al margen de su cargo.
"Juegos Olímpicos". Este el mantra que cualquier profesional vinculado al deporte se repite a lo largo de su carrera. Ya seas deportista, entrenador, oficial o cualquiera de las personas que ponen su granito de arena en la estructura deportiva española, cada cuatro años existe una referencia ineludible en nuestras vidas. Es indiferente desde el prisma que los afrontes, en todos ellos los Juegos Olímpicos aparecen como la cima en la pirámide donde enfocas tus planes, proyectos, objetivos y trabajo día a día. El reto que encuentra el significado a nuestras vidas como seres deportivos.
(Fotos: Federación Española de Badminton)
Entre las cosas por las que me considero un afortunado está el poder vivir mi vida en contacto con el deporte, y dentro de él los Juegos, cómo no, han jugado un papel referente. Mi carrera siempre ha estado vinculado a ellos, desde sus inicios, en una largo camino que he ido recorriendo junto con grandes compañeros donde hemos ido trabajando, luchando y disfrutando del crecimiento de nuestro deporte desde sus primeros pasos hasta la mayoría de edad en la que nos encontramos. Mi primer contacto se remonta a hace más de veinte años. España afrontaba a inicios de los años 90 la cita de Barcelona 1992 como la oportunidad para cambiar nuestro deporte y yo colaboré en esos primeros pasos del bádminton desarrollando la preparación olímpica de mis jugadores en la Universidad de Granada, David Serrano y Esther Mª Sanz; ellos fueron los pioneros en el debut olímpico del bádminton en un inolvidable Pabellón Olímpico de la Mar Bella.
Tras esa intensa experiencia tocaba seguir formándome de manera multidisciplinar para ayudar a mi deporte lo que me hizo ser doce años después director de alto rendimiento de la Federación Española de Bádminton y ejercer como jefe de expedición en Atenas 2004.
En la cuna del olimpismo, y bajo la batuta de David Serrano se consiguió la clasificación de Sergio Llopis en individual y en dobles masculino junto a José Antonio Crespo, la mejor pareja de la historia de España.
En un nuevo salto dentro de la estructura del bádminton español, ya como presidente, disfruté de unos grandiosos -por espectaculares- Juegos: los de Pekín 2008 donde el bádminton español consiguió clasificar a jugadores de ambos sexos; Pablo Abián y Yoana Martínez, esta última logrando la primera victoria olímpica del bádminton español, ya de la mano de Fernando Rivas, como responsable técnico del equipo español.
Repetí presencia en Londres 2012 donde en un proyecto ya maduro que dejaba vislumbrar éxitos posteriores presentamos a jugadores bien posicionados a nivel internacional como una joven de diecinueve años, Carolina Marín, y un ya experimentado Pablo Abián. Solo los duros rivales que les tocaron en desgracia a los españoles, campeones olímpicos anteriores o a las puertas de serlo, frenaron las aspiraciones de nuestros jugadores.
(Foto: CSD)
Llega Río 2016 y lo hace como el colofón de un proyecto del que me enorgullezco en formar parte junto con otros tantos profesionales y en donde el bádminton español ha conseguido la mayoría de edad. Además, debo estar agradecido pues Badminton World Federation ha confiado en mí para ser el Delegado Técnico de la competición de bádminton en tierras brasileñas. Con este doble reto; garantizar las mejores condiciones de los deportistas y técnicos de la Federación en el camino a Río y coordinar el evento más importante de nuestro deporte a ojos del universo, afrontamos la cima a años de esfuerzo, dedicación y sacrificios en los que siempre habíamos soñado con un español, una raqueta y un volante entremezclados por los aros olímpicos a los ojos del mundo. España, sus jugadores y el bádminton deben ser el espejo en el que la sociedad se mire, a partir de ahora con más fuerza, como referente deportivo, educativo y social. Por todo ello, el mantra suena, quizá con más fuerza que nunca dentro de mi cabeza. Juegos Olímpicos.