El médico jefe del Comité Organizador de los Juegos, João Grangeiro, informó de que, según los datos recogidos por el Ministerio brasileño de Salud en los últimos veinte años, no hay una irrupción de las enfermedades transmitidas por el mosquito aedes aegypti –como el dengue y el zika- durante los meses de agosto y septiembre. No obstante, destacó la importancia de seguir las orientaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que estableció la emergencia sanitaria mundial debido a la asociación entre el virus zika y casos de microcefalia.
La preocupación mayor se da con las mujeres embarazadas, una vez que estudios apuntan a una relación entre el virus y casos de microcefalia en bebés. "Aunque los síntomas generales de la enfermedad son suaves y apenas afectan al 20% de los infectados, tenemos que estar atentos a los riesgos que el virus representa para las gestantes. Deben conversar con sus médicos sobre medidas preventivas", resaltó Grangeiro en conferencia de prensa.
También anunció que el combate contra la proliferación del mosquito transmisor del zika se intensificará en los próximos meses para garantizar un ambiente saludable y seguro para atletas y visitantes. "Las acciones preventivas se intensificarán, con inspecciones sistemáticas no sólo en instalaciones deportivas sino también en lugares donde se reproduce el mosquito. También estamos dando orientación a los atletas, que vienen a los eventos-test, sobre profilaxis y prevención, como el uso de repelentes para minimizar el impacto de la enfermedad", agregó. El Comité Organizador aplicará medidas preventivas como eliminar los focos de agua estancada en los lugares de competición e instalaciones olímpicas.
Para Grangeiro, es necesario evitar el pánico. El virus del zika, más suave que el dengue, también transmitido por el aedes aegypti, sólo causa síntomas en cerca del 20% de los infectados, provocando dolores de cabeza, fiebre leve y manchas en el cuerpo, que desaparecen en alrededor de una semana. En todo caso, la mayor cantidad de enfermedades transmitidas por el aedes aegypti se produce en el verano brasileño, de clima tropical, húmedo y lluvioso, especialmente entre diciembre y enero.
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