El último balón del partido golpeó en el poste de la portería gala, sonó la bocina y las "guerreras" se derrumbaron. Habían caído eliminadas por Francia (26-27) en la prórroga. Perplejas en el centro de la pista, sin saber qué hacer, fueron dirigiéndose al banquillo, donde el equipo técnico maldecía la mala suerte. Todas, menos Lara González. Lara se quedó en una esquina, sola, tristísima, tumbada sobre el parqué, mientras las francesas daban saltos de alegría. Al rato se levantó y se sumó al duelo, con sus compañeras cabizbajas en el banquillo.
Los abrazos de Macarena Aguilar, de Darly Zoqbi eran de consuelo. Se consolaban mutuamente, pero la más necesitada era Lara.
Se les había ido de las manos el partido que les daba el pasaporte a las semifinales. En la segunda parte se les fue de las manos un partido que habían encarrilado en un primer tiempo sobresaliente (12-5). Se complicaron la vida, perdieron la ventaja que llevaban, las colegiadas minaron a las discípulas de Jorge Dueñas a base de exclusiones, y las francesas logaron empatar (23-23) e ir a la prórroga.
Lara González lloró en pista, y también lloró Silvia Navarro al ser entrevistada por RTVE:
Llorarán mucho esta noche. De rabia. De impotencia. Recordarán siempre este día aciago. Pero como son guerreras, recuperarán el ánimo derrotado y seguirán en la lucha. De hecho, más que guerreras, son heroínas. Y las heroínas mueren con la cabeza alta. Con orgullo.