El tenista español -número 5 del ránking ATP en la actualidad- pidió asistencia médica en varias ocasiones, e incluso el médico de pista llegó a tomarle la tensión. También su rival fue atendido a la conclusión del primer set. Intentó aguantar, pero, según ha explicado, "tenía miedo de estar demasiado mareado y perder el conocimiento en la pista", y finalmente consideró que no era “seguro” permanecer en la pista en esas condiciones y abandonó, cuando el electrónico marcaba un 2-6, 6-4 y 3-0 a favor del bosnio. Un abandono justificado en lo que Nadal describió como “sensaciones demasiado raras y complicadas como para poder seguir”, y la creencia de que no podía “terminar el partido en condiciones mínimamente decentes”.
Competir en condiciones climatológicas difíciles o incluso extremas forma parte de los retos del deporte de élite. Y de cara a Rio'16, las previsibles condiciones de calor y humedad que se prevén en agosto son una de las grandes preocupaciones de técnicos y deportistas, probablemente más que el virus zika. En Río de Janeiro, que es una ciudad costera situada en el hemisferio sur, se esperan temperaturas de entre 25 y 30 grados centígrados durante los Juegos, aunque la sensación térmica será mayor teniendo en cuenta la humedad que hay en la ciudad, que puede rondar el 70%.
Estas condiciones suelen provocar estados de hipertermia, es decir, un aumento de la frecuencia cardiaca, lo que provoca una disminución del rendimiento aeróbico, acumulación de lactato, etc... que repercute, principalmente, en los deportistas de resistencias largas.
Las recomendaciones de la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte son:
- Realizar entrenamientos adaptados a las condiciones que se van a encontrar en la ciudad anfitriona.
- Controlar el peso corporal, para observar el nivel de deshidratación en esas condiciones.
- Entrenar con ropa oscura para observar las manchas blancas, fruto de la pérdida de sales.
- Realizar baños de agua caliente.
- Retrasar el viaje lo más posible o hacer un viaje previo a la competición para adaptarse al calor y, en caso de contraer alguna enfermedad, generar ya anticuerpos.
Una vez que el deportista ya se encuentre inmerso en la competición olímpica, AEPSAD sugiere:
- Reducir el calentamiento, si la competición dura una hora.
- Usar baños de agua fría de veinte-treinta minutos antes de competir.
- Utilizar chaquetas de frío en los calentamientos o en los descansos de la competición
- Ingerir líquidos fríos o granizados.
- Toallas heladas
- Ventiladores
- Geles fríos
- Ropa clara
Es fundamental rehidratar el cuerpo, tomando 6ml/kg de líquido cada dos o tres horas. Y en la hora posterior a la competición hay que reponer entre un 100% y un 150% de lo que se ha perdido.
Por último, el deportista debe descansar bien, tanto por el día como por la noche, durmiendo al menos ocho horas, con la mayor oscuridad posible, evitando la cercanía de los dispositivos móviles y teniendo en cuenta que en Rio de Janeiro suele amanecer entre las 6 y las 6:30 de la mañana.