Taekwondo, doble impacto
La madrileña Eva Calvo se proclamó subcampeona olímpica de taekwondo tras perder la final con la favorita de su categoría. La gran noche del taekwondo español se completó con la medalla de bronce de Joel González.
Estaba en los pronósticos de medalla, y cumplió, aunque, tras conseguir la plata olímpica, dijo: "Estoy orgullosa, pero un poco triste. Mañana (por hoy viernes) estaré más contenta, seguro".
(Foto: COE)
Para llegar hasta aquí, la madrileña decidió aparcar sus estudios de Matemáticas e Ingeniería informática a distancia para preparar este día. Cuatro años (desde que se emocionó con la medalla de oro de Joel Gonzalez en Londres) pensando única y exclusivamente en en este día. Soñando con subir al podio. Todo en su vida giraba en torno al día de hoy. Cuatro años, o quizá diez. Desde que su hermana Marta la convenció para que se apuntara con ella al gimnasio Olimpia de Leganés. Tenía quince años.
El taekwondo es un deporte que obliga a los competidores a vivir una jornada maratoniana en un pabellón parecido a una nevera, solo caldeado por el aliento multicolor del público y por las expresiones de alegría de los vencedores en cada combate. Fue un día largo para Eva, y no solo porque la competición es así. También porque había tenido que remontar marcadores en contra en sus combates de octavos y cuartos. En semifinales, se impuso a la egipcia Hedaya Wahba en el punto de oro. El taekwondo requiere cabeza fría. A Eva le sobran cualidades, y la fortaleza física le acompaña.
Tuvo que esperar cuatro horas y media para disputar la final, que fue un "duelo al sol". Se enfrentaban la número 1 del mundo, Jade Jones, con la número 2. Esbozó una sonrisa al regresar por última vez al tapiz (con la plata ya en el bolsillo), después de que Marco Carreira, según contó después el técnico de la Federación Española, le dijese: "Disfruta. Ha sido un honor trabajar todo este tiempo contigo". Se conocían bien, pero la británica tomó la iniciativa con dos patadas en la cabeza en el primer asalto. 6-0. A remolque, Eva salió agresiva y equilibró el marcador (7-8). En el tercer asalto, Jones golpeó de nuevo, y encadenó una serie de acciones que le dieron ventaja suficiente para llegar sin problemas al final (7-16).
A pesar de la dieta estricta de estos días, de la alta tensión de un torneo olímpico y de la decepción que supone no lograr el oro, Eva Calvo es una mujer feliz. Seguro que para sus padres, Fede y Lola, que la acompañaron en el pabellón, y para José María Martín del Campo "Chicho", el hombre que les contagió la pasión por el taekwondo, y que sigue siendo su entrenador, es uno de los días más felices de sus vidas.
(Foto: COE)
Unos minutos antes, Joel González había conquistado la medalla de bronce en la categoría de -68 kilos. Una meritoria presea, porque el catalán llevaba meses luchando contrarreloj para llegar a tiempo a la cita de Rio, prácticamente sin haber competido durante meses -tras una operación de rodilla, de la que se resintió durante la maratoniana jornada olímpica- y en una categoría distinta a la de Londres.
A este doble éxito se suma el diploma olímpico de Jesús Tortosa. No se puede pedir más al taekwondo español, que ya destacó en Londres con el oro de Joel González y las platas de Brigitte Yagüe y Nicolás García Hemme.