Es una de las promesas del deporte español en general, y de la halterofilia en particular. Ya se fijan en ella tanto competidoras y entrenadores de otros países como dirigentes de la halterofilia. Irene Blanco quiere demostrar que las expectativas puestas en ella pueden cumplirseen un futuro no muy lejano.
Es campeona de España sub-15 y sub-17, y subcampeona junior y absoluta. Además, novena de Europa junior en la categoría de 90 kilos.
No pudo participar en el europeo sub-15 porque la Federación Internacional de Halterofilia designó a Kosovo como sede, y la Federación Española -a instancias del Consejo Superior de Deportes- declinó participar, porque España no ha reconocido la soberanía de este territorio. Sin embargo, en octubre batió hasta en cinco ocasiones el récord sub-15 en el campeonato de Europa júnior de Durrës (Albania). En la Copa sudamericana disputada en Lima (Perú) también batió el récord.
Con dieciséis años, la coruñesa ha levantado 89 kilos en arrancada (récord de España) y un total olímpico de 198 kilos (récord de España). También tiene los récords continentales en arrancada (86), dos tiempos (106) y total olímpico (192). Y va a más.
Vive en la Residencia Blume de Madrid, entrena en el CAR, estudia 4º de la ESO y quiere seguir con Bachillerato de Artes. A veces siente la 'morriña' de estar lejos de su familia.
(Reportaje fotográfico: © Fernando Olmeda)
Pregunta: ¿Cómo te encuentras, cómo te organizas a diario?
Respuesta: Hasta julio no tengo mi primer internacional, estoy trabajando para mejorar técnicamente, que es lo que más falta me hace, y poco a poco corregir pequeños detalles para meter un par de kilos más y de una manera mejor. Me veo muy bien de cara a este año. En cuanto a la rutina, martes, jueves y sábados entreno una sesión por la mañana, a no ser que estemos preparando algo, y entonces entreno doble. Lunes, miércoles y viernes, voy a clase, entreno, como, de nuevo a clase, entreno otra vez, estudio, ceno y me voy a dormir. Las sesiones normales son de hora y media, las largas, de dos horas más o menos.
Llevas tres años en esta aventura del deporte de alta competición... ¿Cómo te lo planteas? ¿Eres consciente de que es un camino largo y difícil?
Lo llevo con calma, la presión no me agobia, me impulsa a seguir. La aventura no me asusta, me divierte. Si estoy aquí en el CAR es porque creo que mis entrenadores me han dado la mano, y espero cumplir, aprovechar la oportunidad. De todas formas, tengo los pies en el suelo, sé que sin trabajo no hay nada. No van a regalarme nada.
¿Cuál es tu objetivo inmediato?
Me marco objetivos realistas, como hacer podio en el europeo, en Italia en julio. Con mis marcas puedo hacerlo, creo. Y clasificarme para los Juegos de la Juventud, que se celebran este año.
¿Cuál es tu característica principal como halterófila?
No me lo pienso mucho a la hora de levantar. Soy decidida, cojo la barra, la levanto y ya. No puedo explicártelo de otra manera.
Entrenas en esta sala del CAR junto a Lydia Valentín... ¿Qué consejos te da, en qué te fijas?
Lydia siempre ha sido un referente para mí, aunque no hablo mucho con ella, es del grupo de mayores. Cada uno va a su bola, es lo que se hace en este deporte. Entonces, no me da consejos pero porque yo soy muy tímida. Me fascina lo que hace y lo que dice, veo competiciones suyas, mentiría si dijera que no quiero ser como ella. Ha tenido momentos buenos, momentos malos, pero siempre ha estado ahí, luchando.
¿Pesa mucho que ya se te haya considerado como "la sucesora" de Lydia de cara al futuro?
No creo que deba compararme con ella porque no somos ni de la misma categoría ni de la misma edad. Desde luego le tengo un gran respeto.
¿En qué otras deportistas te fijas?
En Mireia Belmonte y en Carolina Marín, que entrena aquí al lado, en la sala de bádminton. A veces la veo entrenar y me quedo mirando por el cristal, fascinada.
Pensando en el futuro, ¿qué planes tienes?
Como te he dicho, quiero estudiar Bellas Artes, que es lo que siempre me gustó, aparte de la halterofilia. Unos Juegos Olímpicos es quizá mirar muy hacia adelante. Desde luego me gustaría estar en París en 2024, pero es un sueño.