Eliud Kipchoge corrió el maratón más rápido de la historia: 2:00:24, rozando la barrera mítica de las dos horas. O lo que es lo mismo: 42 kilómetros a ritmo de 2:50/kilómetro. Una pasada.
Aunque no logró bajar de las dos horas (ese era el reto #Breaking2 de Nike), es grandioso.
No obstante, su marca no será homologada. No era una carrera oficial, llevaba liebres, un vehículo que circualba delante eliminaba el viento frontal y no había control antidopaje.
Su récord estaba en 2:03:07, a 8 segundos del récord mundial. En la meta del autódromo de Monza marcó ha pulverizado los dos. El atleta keniano ha dicho, al terminar, que "con planificación y entrenamiento, esos 25 segundos 'desaparecerán' (...) Estamos más cerca de la barrera".
Su proeza ya es historia del atletismo, y vuelve a abrir la reflexión sobre los límites del cuerpo humano. Desde luego, no ha dicho la última palabra. A ver si es capaz de conseguirlo... sin el apoyo de marketing de Nike, y en condiciones normales.
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