Lydia Valentín ya presume de triple corona: campeona de Europa, campeona olímpica... campeona mundial. Logró este último título, el que faltaba en su palmarés, en el Campeonato del Mundo disputado en Anaheim (Estados Unidos).
Era su décima participación en un mundial. Y lo hizo a lo grande, respondiendo a las expectativas levantadas, como gran favorita que era. Fue la mejor tanto en arrancada como en dos tiempos, y por tanto en el total olímpico.
Con los 110 kilos de salida ya era campeona -ninguna de sus rivales había superado los 108-, pero se sentía fuerte y segura. Levantó 115 kilos en su segundo intento y 118 kilos en el tercero -su mejor marca desde los Europeos de 2015- para afrontar los dos tiempos con 10 kilos de ventaja.
En dos tiempos salió con 130 kilos, que levantó sin problema. Tras los 135 kilos del segundo intento dibujó su característico corazón con las manos. El tercer intento no era necesario, pero los 140 kilos fueron el colofón a una actuación que la convertía en la campeona mundial más veterana de la historia en su categoría.
"No me lo creo", se le escuchaba decir al equipo técnico mientras se retiraba los vendajes. Cuando subió al podio mundial, por primera vez a lo más alto, para y escuchar, al fin, el himno español en su honor, se llevó una gran sorpresa.. Por un error, el himno español no sonó durante el izado de la bandera. Sonó una música que no era el himno. Finalmente, tras las protestas del equipo y los aficionados, Lydia pudo saborear uno de los momentos más especiales de su vida.
La ecuatoriana Neisi Dajomes (108+132) y la francesa Gaelle Nayo (103+137) completaron el podio.