El deporte femenino español vive el mejor momento de su historia a nivel de resultados. No hay más que ver los éxitos que se consiguen cada fin de semana en diferentes disciplinas y categorías. Sin embargo, sigue arrastrando muchos problemas estructurales que suponen un lastre para muchas de sus protagonistas.
Más allá de estrellas como Garbiñe Muguruza, Mireia Belmonte, Carolina Marín o Ruth Beitia, hay otras deportistas que siguen padeciendo discriminación salarial, cláusulas anti embarazo anticonstitucionales, falta de reconocimiento normativo o menor reconocimiento y visibilidad.
Un ejemplo de las dificultades que sufren las mujeres por su condición es lo que le pasó a la regatista Blanca Manchón, una de las referencias de la vela nacional, como demuestran sus seis títulos mundiales, el último logrado a los siete meses de tener su primer hijo. Poco después de dar a luz recibió la noticia de que ninguno de sus patrocinadores le renovaba el contrato. “Yo les dije a mis patrocinadores que el año pasado me lo iba a tomar tranquilo porque era el momento idóneo para tener un bebé, pero que en 2017 volvería a la competición”.
Sin embargo, al poco tiempo empezaron los problemas. “A lo largo del embarazo no me cogían el teléfono o me daban largas con cualquier excusa. Tras tener al niño retomé los contactos y directamente me dijeron que no seguían conmigo, poniéndome como excusa que mi deporte ya no encajaba en su empresa, que les habían recortado la partida o que habían cambiado de jefe y el nuevo ya no contemplaba los patrocinios”.
El problema es el concepto que se tiene de una deportista embarazada
Pese a que estas empresas (Nike, Emasesa y Opel), no le dijeron que el motivo de no seguir con ella era haberse quedado embarazada, Blanca sospechaba que esa fue la verdadera causa. “Yo he tenido patrocinios privados desde los 15 años y he estado lesionada, he tenido rachas de malos resultados y nunca me había pasado algo así. El problema es el concepto que se tiene de que una mujer deportista que se queda embarazada a los 29 años ya no va a hacer nunca nada, como si estuviera acabada”.
A Blanca le ha costado dinero de su bolsillo ganar este último mundial, en el que ha podido participar gracias a que era en Salou, donde incluso no tuvo ni entrenador
Manchón contrasta su situación con la que viven deportistas en su misma situación en otros países. “En Estados Unidos una deportista embarazada es lo máximo. Todas las marcas quieren patrocinarla por la imagen que quieren dar a la sociedad. Yo siempre había pensado que no lo tenía más difícil por ser mujer, pero al ser madre me he dado cuenta de que aquí te miran de otra forma”.
El Consejo Superior de Deportes concede una ayuda de hasta 4.000 euros a las deportistas de alto nivel que se quedan embarazadas “aunque en mí caso solo me han concedido 2.400 por no llevar a mi hijo a una guardería”. Una compensación mínima si tenemos en cuenta que ha perdido 40.000 euros al dejarle los patrocinadores. La regatista señala que “hay gente en España que no se ha renovado, parece que no estamos en el 2017. Para otras cosas somos muy avanzados pero da la sensación que la mujer y el deporte no son compatibles”.
A Blanca le costó dinero de su bolsillo ganar el último mundial, en el que pudo participar gracias a que era en Salou, donde incluso no tuvo ni entrenador. “Si mi situación le pasa a cualquier trabajador supone un delito. Yo siento como si me hubieran despedido, pero si el día de mañana logro una medalla se la apuntará todo el mundo. Me daría mucha rabia que me costara a mí el dinero para hacer la campaña olímpica, pero a raíz de conocerse este caso hay empresas que se han interesado por unirse a mí”.
Deportistas que se vuelven invisibles durante un año
En la circunstancia de tener que aparcar su carrera deportiva por estar esperando un hijo se encuentra también la atleta Isabel Macías, subcampeona de Europa en pista cubierta en 1.500 metros. “Yo lo tenía planificado desde hace casi cinco años porque es una decisión que te condiciona totalmente. Con el embarazo pierdes mucho más de un año hasta que vuelves a competir y la ayuda económica que ofrece el Estado se queda corta, no está bien cuantificada. El problema es que cuando te quedas embarazada te vuelves invisible durante ese tiempo. Y luego hay que empezar no de cero, sino de menos 10”.
Hay muy pocas mujeres al frente de las federaciones
Una queja recurrente de las deportistas es la falta de mujeres al frente de los organismos y las federaciones. Muchas piensan que con más capacidad de mando femenina la situación sería otra. “Hay que pensar porque ocurre eso -afirma Isabel-. ¿No hay conciliación porque los hombres no facilitan que las mujeres estén o las mujeres no pueden llegar porque no están? Hay ciertas políticas de concienciación que por fuerza tienen que ser discriminatorias positivas para la mujer para que se llegue a cierta equidad. Es una gestión complicada pero hay que hacer algo, porque como vamos ahora no lo hemos hecho bien”.
De esa opinión es también Dori Ruano, excampeona mundial de ciclismo en pista y bronce mundialista en contrarreloj. “Yo estoy convencida que con más mujeres dirigentes la cosa cambiaría. El problema es que en las federaciones hay dinosaurios que llevan 20 años. Lo que estamos viviendo con Ángel Villar en fútbol se da en otros deportes. Son los mismos siempre y mientras el Consejo no cambie la normativa esto seguirá igual, porque tienen controladas y compradas las asambleas. No se puede entrar ahí”.
La exciclista considera que el CSD tendría que “ponerse duro y no dar ayudas a aquellas federaciones que no tengan políticas reales de igualdad. En ciclismo las licencias de mujeres no llegan ni al 2%. Me dicen que el ciclismo es muy duro. ¿Y el triatlón, en el que hay casi un 40%? Yo les digo muchas veces a los hombres, ‘poneos en el lugar de una mujer. ¿Qué pasaría si fuerais una mujer? Pues os pasaría todo esto'. En el momento que un hombre se pone en el pellejo de una mujer, cambian las cosas”.
La nueva Ley del Deporte: un halo de esperanza
El anteproyecto se centra en la protección real y efectiva del deporte femenino
La actual Ley del Deporte, que data de 1990, produce discriminación y perjuicios respecto a las competiciones masculinas. Por suerte y tras una larga espera, el ministro de Cultura y Deporte, José Guirao, anunció hace algo más de una semana la aprobación del anteproyecto de la nueva Ley del Deporte que sustituirá a la legislación de 1990 y regulará por primera vez el deporte femenino y el deporte inclusivo.
El anteproyecto se centra en la protección real y efectiva del deporte femenino, que no aparecía reconocido en la Ley de 1990. Se contemplan medidas que fomentan la paridad en los órganos de dirección, gobierno y representación de las entidades deportivas. Así se establece un porcentaje mínimo de participación del 40% para las mujeres de manera obligatoria.
En cuanto a las ayudas a la maternidad, las deportistas mantendrán su condición de deportistas de alto nivel durante un plazo que se amplia a los cuatro años, para conservar su derecho a percibir ayudas y subvenciones aunque no hayan competido, así como se obliga a otorgar las mismas cuantías económicas en los premios de las competiciones en las que se aporte dinero público. Las federaciones deportivas tendrán que contar con una comisión de género que de forma anual remitirá informes al Consejo Superior de Deportes (CSD).