Maryam Al-Sabaiey (Qatar, 1986) siempre ha sentido pasión por los caballos desde que aprendió a montar siendo tan sólo una niña. Sin embargo, nunca pensó que pudiera dedicarse profesionalmente a este hobby hasta que, en 2014, todo cambió.
Al-Sabaiey, realizadora de profesión, perdió su empleo en el año 2014. En un momento muy duro tanto personal como profesionalmente, decidió dar un vuelco a su carrera e intentar ser jockey profesional en un país donde ninguna mujer había ejercido antes esa profesión.
La qatarí se preparó a conciencia para alcanzar su meta: entrenaba 6 horas al día y pasaba largas temporadas en Newmarket, donde trabajaba y aprendía con el ex jockey Steve Smith Eccles.
Finalmente, en febrero de 2017 su sueño se cumplió y debutó en el Thoroughbred Handicap, en el hipódromo de Doha. Aunque no consiguió ni ganar ni colocarse, su participación levantó un gran revuelo no sólo en el propio Qatar, sino en el mundo del turf.
Al-Sabaiey había hecho historia al ser la primera mujer qatarí (y, de momento, la única) en disputar una carrera como profesional en su país. Para ver a otra mujer galopar sobre un PSI en Qatar hay que remontarse hasta 2008, cuando una amazona aficionada de 14 años pudo correr una prueba menor.
Sólo un mes más tarde, en marzo de 2017, disputa su segunda carrera con tan mala fortuna que, tras una grave caída, sufre una doble rotura de pelvis. Aunque Al-Sabaiey no ha vuelto a competir, sigue formándose y entrenando, con viajes frecuentes a Newmarket.
Y es que la hazaña de Al-Sabaiey es todavía más épica si se analiza la situación que tienen las mujeres qataríes en el deporte. Hasta Londres 2012, ninguna deportista había disputado unos Juegos Olímpicos bajo la bandera de Qatar. En aquellos Juegos, el país del Golfo Pérsico envió una delegación de 4 mujeres. En Río 2016, sólo 2 deportistas lucieron los colores de Qatar.
La situación es tan asfixiante en este país que aunque el uso del hiyab no sea obligatorio por ley, sí existe una fuerte presión para usarlo. De hecho, la propia Al-Sabaiey sufrió en sus carnes esta restricción social cuando, en el año 2016, apareció en un programa de televisión sin el hiyab y defendiendo su derecho a no usarlo. La deportista fue catalogada como un mal ejemplo para muchas mujeres por distintos sectores de su país. Ella contestó a estas críticas con una frase lapidaria: “No voy a hacer las cosas que esta sociedad espera de mí como mujer.”
Al-Sabaiey quiere continuar su carrera como jockey profesional, pese a los obstáculos y las lesiones. La qatarí considera que su lucha dentro del turf no sólo es un reto personal, sino que sus esfuerzos van más allá: “estoy aquí también por todas las mujeres qatarís y por todas las mujeres del Golfo. Muchas chicas me dicen que yo las inspiro. Eso es lo que quiero.”
Mientras espera nuevas oportunidades profesionales e, incluso, grabar su nombre en la historia como la primera qatarí en ganar una carrera, Al-Sabaiey seguirá siendo la jockey que dirige su destino en un país donde los hombres tienen las riendas.